Un Error Común en una Estrategia de Mantenimiento Predictivo

En esencia lo que se propone hacer es automatizar la porción de inspección de las actividades de mantenimiento y así reducir el alcance de los proveedores de servicios a que sólo atiendan cuando los equipos realmente requieren una intervención.  En este sentido, una vez reducido el alcance y se empiezan a percibir los ahorros, se vuelve más relevante que quien administra los equipos monitoreados tenga la disciplina de entrar al sistema todos los días, ya sea una vez al día, para verificar el estado de todos los valores.  No verificar los valores todos los días sería el equivalente de no realizar las inspecciones en una estrategia de mantenimiento preventivo.

Hemos visto muy comúnmente en Panamá que una vez implementado el monitoreo, los técnicos lo usan principalmente para un post-mortem de un incidente y no para prevenir el fallo de un equipo.

Una buena práctica es llevar una bitácora donde un responsable firma que ha realizado la inspección en el sistema y si encontró o no alguna alarma. En caso de encontrar una falla, deben realizar el protocolo debido para la normalización del equipo que está presentando la misma.

Ahorros Indirectos Obtenidos con Monitoreo de Condiciones

El monitoreo de condiciones, para el mantenimiento predictivo, puede traer reducción significativa gastos.  Algunos gastos son fácilmente identificables por la reducción de alcance en contratos de mantenimiento preventivo que ahorran dinero de una manera medible.  Existen ahorros adicionales relacionados con el desplazamiento de personal para poder diagnosticar alguna anomalía.  Problemas eléctricos, de agua potable, de comunicación, mecánicos y de refrigeración, cuando se presentan, pueden ser sencillos de identificar o pueden obedecer a situaciones ocultas y no claramente visibles.

La ausencia de presión de agua en la parte más alta de un edificio puede deberse a diversas causas.  Será que hay una obstrucción? Será el motor eléctrico de la bomba? Será la turbina rota? Se bajó el nivel del tanque de reserva? No hay suministro del servicio público? No hay fluido eléctrico?  Dependiendo de la causa se activa un protocolo de respuesta que corresponda a la solución.  No es inusual ver al personal encargado del mantenimiento de los equipos subiendo y bajando escaleras, trepándose en tanques de agua, levantando tapas pesadas, abriendo llaves de paso, probando voltajes, “reseteando” interruptores.  Puede tomar valiosos minutos, a veces horas en determinar cuál es el fallo y luego otras horas adicionales determinando qué lo causó.   Por mientras, el usuario demandando respuestas y formando opiniones con respecto al desempeño del equipo de mantenimiento.  Si se atiende público en general empieza la propagación de la noticia en las redes sociales y casi nunca son bondadosos los autores de la misma.

Con un sistema de monitoreo de condiciones, aparte de los ahorros en la implementación de una estrategia de mantenimiento predictivo, se puede ver a simple vista cada los indicadores de cada uno de los factores que influyen en una falla de un equipo crítico.  Con una mirada a una pantalla de valores se puede determinar con precisión cuál es el problema y se pueden dirigir los esfuerzos de restablecimiento de manera inmediata.  Así mismo se cuenta con la explicación para el usuario final de manera más rápida.  Si el monitoreo se llevó a cabo como debe de ser, el equipo fallido vendría avisando con tiempo que se le elevaba la temperatura, o la presión o las vibraciones o el consumo eléctrico.  Todo queda en registros históricos para un post-mortem de la situación.  Si el fallo ocurrió de forma súbita, también se pueden ver los registros históricos del proceso de degradación de un sistema o varios que llevaron a la falla en cuestión de segundos.

En un caso en Panamá donde se hizo la inversión en monitoreo de condiciones, se redujo el personal de mantenimiento de 14 técnicos a 9 simplemente por tener visibilidad de los valores de las instalaciones y hacer más eficientes sus movimientos internos.  Esto representa un ahorro de 35% en el rubro personal, que típicamente representa entre 60% y 80% del gasto total de una operación de mantenimiento.

De acuerdo con U.S. GAAP (Generally Accepted Accounting Principles), el tiempo de depreciación de una bomba de agua es de 10 años, el de un panel de detección de incendios es de 10 años y la de una planta eléctrica es de 15 años.  GAAP estima estos tiempos de vida del activo considerando que a los equipos se le dará un mantenimiento preventivo adecuado.  Con las condiciones de los equipos monitoreados constantemente, procesos dañinos son detectados en su infancia y pueden ser atendidos de manera temprana.  Esto disminuye considerablemente el desgaste en los equipos al evitar que se recalienten, operen sin lubricación, vibren mucho, operen fuera de sus parámetros.  Con menos desgaste y atención temprana, los equipos pueden durar hasta el doble de su tiempo de vida esperada.  Una vez depreciados en su totalidad, los equipos pueden seguir prestando servicio por otra mitad de sus vidas.  Esto reduce la necesidad de inversiones de sostenimiento de operaciones en al menos 50%.

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